Uno pensaría que ponerse a hablar a finales de este extravagante 2020 de una banda que publicó su segundo y último disco en 1996 podría ser un ejercicio de nostalgia. Y no dudo que la nostalgia ejerza su influencia en muchos de nosotros en demasiadas ocasiones. Pero en el caso de Blind Melon no. La banda del desaparecido y siempre añorado Shannon Hoon pertenece al muy exclusivo grupo de formaciones o artistas que trascienden al tiempo: son atemporales, eternos de alguna forma casi mística. Por alguna razón, tienen el don de acercar sus canciones a ti así como de dejar que tú te acerques a ellas. Consiguen que sientas que eres parte de su música y ella parte de ti, indisolubles. Blind Melon, como digo, forman parte de ese reducido grupo de músicos que te acompañan desde el mismo día que los escuchas y te emocionan hoy igual que la primera vez. Ahora, aprovechando el reciente lanzamiento del documental “All I can say” creemos que es la ocasión perfecta para rendirles un pequeño homenaje a una de las bandas más especiales de los últimos treinta años.
No recuerdo la primera vez que escuché a Blind Melon, pero obviamente fue aquel hipnótico “No rain” que los puso en la primera fila de aquella extraordinaria generación de bandas surgidas en la primera mitad de los 90. Por aquel entonces convencía a mis amigos con acceso a canales internaciones para que me grababan cintas de VHS enteras con emisión random de la Mtv, aquello era casi la única forma que había de descubrir lo que se cocía en la movida en aquel momento, así pude disfrutar del sin fin de enormes canciones que iban saliendo casi a cada minuto. De entre todas ellas, “No rain” provocó en mí el mismo efecto que a millones de personas en todo el mundo, simplemente caímos rendidos a la magia de la canción y del precioso video de la niña abeja. Entre tanta depresión grunge, un video con una iconografía tan naif y un tema aparentemente tan hippy, era inevitable no quedar atrapado.
Rogers Stevens (guitarra) y Brad Smith (bajo) nacieron en West Point (Mississippi) y entablaron amistad hasta que decidieron seguir el gran sueño de triunfar en la música trasladándose a Los Angeles, el epicentro de la industria musical por aquel entonces. Allí estuvieron intentando montar diferentes formaciones hasta que conocen a Christopher Thorn (guitarra) proveniente de Dover (Pensilvania) con quien congenian enseguida. Le dicen que se una a ellos, comentándole que han charlado con un cantante del que hablan muy bien y al que van a hacerle una audición. Llegado el día de la prueba aparece en el local un tipo espigado y vivaz que no tarda en agarrar su acústica e interpretar una composición propia. Smith y Stevens se quedan perplejos. Tiene una voz poderosa, femenina pero fuerte, muy personal. Y la canción es realmente buena. Su título provisional es “Change”. En efecto, Shannon Hoon se presentó en el local y de buenas a primeras les soltó una primeriza versión de una de las canciones más emblemáticas de los 90. Rogers y Brad supieron enseguida que era su hombre y llamaron emocionados a Thorn: “lo hemos encontrado, lo tenemos”. La personalidad que desprendía desde el primer instante que apareció era abrumadora y su talento era más que evidente. “Fue impresionante. Su voz nos dejó sin palabras”, comentaba Thorn cuando lo escuchó cantar. Obviamente Hoon es reclutado de inmediato y al poco tiempo se unió también a las baquetas Glen Graham (West Point, Mississippi) que les ayuda para conseguir el sonido que estaban buscando. La banda queda formada definitivamente para lo cual Brad propone como nombre el de aquellos molestos vecinos hippies que tenían en su casa a los que su padre solía llamar “blind melons”, referencia que había tomado de una parodia de un dúo humorístico de los 70 llamado Cheech & Chong, donde se contaba una historia sobre Blind Melon Chitlin, músico ficticio basado en el histórico bluesman Blind Lemon Jefferson. Blind Melon, “hippies molestos”, les quedaba como un guante.
Alejados de las corrientes que predominaban en la escena angelina de entonces, los cinco tenían especial predilección por los sonidos de finales de los 60 y comienzos de los 70. Grateful Dead estaban presentes, por supuesto, pero los principales puntos en común estaban en los Pink Floyd de la primera época, Led Zeppelin, Beatles, Rolling Stones al igual que Jane’s Adicction. Shannon en cuestión estaba obsesionado con Syd Barrett y la Velvet Underground a la vez que se notaba una educación musical muy ambientada en el country folk de los 60 y 70 y bandas como la Credence Clearwater Revival. Pero a pesar de unas referencias tan fuertes lo que más caracteriza la música de Blind Melon es su personalidad, una personalidad que comienza a aflorar desde el comienzo de su actividad, enfocándose siempre en tocar y tocar sin parar, conciertos en los que prima la energía sobre la capacidad técnica, la improvisación como eje principal del directo y del proceso compositivo, algo que, sin duda, quedaría reflejado en su primer trabajo.
Es 1991 y, como decía, la banda está concentrada en foguearse en directo pero Shannon al llegar a Los Angeles había hecho amistad con todo un Axl Rose, original también de Lafayette y antiguo compañero de clase de, Anna, hermana mayor de Shannon, que le había dado el teléfono de Axl para cuando llegase a la ciudad por si necesitaba algo. Y así fue. El cantante de Guns N’ Roses no dudó en echarle una mano desde el principio. Shannon se hizo inseparable de Axl durante un par de años en los que Shannon aprendió mucho de lo que era la industria de la música y el ambiente de excesos de la noche angelina. Shannon se quedaba sentado en una esquina callado mientras se sucedían las eternas sesiones de grabación de los “Use your ilussion”. Una noche en la que Axl estaba completamente bloqueado en una canción, pensó que una segunda voz le ayudaría a encajar su voz y probaron que Shannon que estaba allí. El resultado fue óptimo y de esa forma Shannon acabó aportando su voz en “Don’t cry” a la vez que aparece en el video cantando junto a Axl. Además de aquello, una vez se formó Blind Melon, Axl ayudó para que los managers de Guns N’ Roses se hicieron cargo de la gestión de la nueva banda y además intervino para que fichasen finalmente por Capital Records. A pesar de que con el tiempo Shannon acabaría distanciado de Axl y cansado de ser preguntado por él, sin duda su figura fue fundamental en los inicios de Blind Melon.
Firman entonces con Capital Records y graban un EP titulado “The Sippin’ Time Session” que no les deja demasiado satisfechos. Deciden entonces irse a Carolina del Norte a encerrarse en una casa al estilo de The Band para recomponer todo el material poniéndose en manos de Rick Parashar. Parashar, conocido por trabajar con Pearl Jam en su debut “Ten”, supo aportar, más que un sonido o una personalidad específica, un hilo conductor capaz de unir un conjunto de canciones muy distintas entre sí. Acertó a la hora de reconducir la visión de la banda a la vez que les permitía la libertad creativa que las canciones requerían. Y es que la grabación de “Blind Melon” fue prácticamente en vivo: la idea del grupo era registrar el sentimiento y energía de la banda en directo, prácticamente sin retoques ni overdubs. De hecho, muchos de los arreglos que se incluyen son fruto de improvisaciones que hacían sobre la marcha en el escenario en cada interpretación. Ese fue el gran logro de Parashar, ser capaz de captar esa energía a la vez que mantener intacta la personalidad de la banda.
Y entre todos ellos, emerge la figura de Shannon, un Shannon Hoon que se dejaba el alma en cada toma que grababa, como si supiera del escaso tiempo que tenía disponible en este mundo y quisiera exprimirse a cada instante. No es de extrañar que la intensidad con la que vivió se plasmase tanto en sus letras como en su destructivo estilo de vida en el que las drogas y el alcohol estaban continuamente presentes y en grado ascendente.
Finalmente el disco se publica el 22 de septiembre de 1992 con la famosa portada de la niña vestida de abeja, que era la hermana de Glenn. De entrada el disco pasó completamente desapercibido. La MTV estaba en plena ebullición con los videos de Nirvana, Pearl Jam, Nine Inch Nails, Danzig, L7, REM, los U2 del «Acthung Baby«, Red Hot Chili Peppers… de forma que no era fácil sacar la cabeza. Tanto es así que los singles «I Wonder«, «Tones of Home» y «Dear Ol’ Dad” no tuvieron la más mínima repercusión en las listas americanas y nunca se colaron en la emisión prime de la cadena de videos. “Tones of home” era una elección muy acertada como presentación del grupo porque reflejaba perfectamente el espíritu de una banda de desarrollos largos, gran intensidad y una personalidad aplastante. Sin embargo como cuarto single deciden elegir la canción que, posiblemente, menos representaba al conjunto del disco y al sonido de la banda. Pero acertaron. Y cómo. Todo cambia desde el momento en el que el video de “No rain” comienza a emitirse a todas horas en la MTV. Para el video habían decidido crear una imagen campestre y colorista para la que aprovecharon la imagen de la hermana de Glenn de la portada recreando así al personaje de la niña abeja y convertirlo en un efectista video-con mensaje que encajaba a las mil maravillas con la canción. El éxito fue absoluto, número 1 en todas las listas y millones de discos vendidos. “El éxito nos ha llegado demasiado deprisa, no esperábamos llegar a esta altura en un tiempo tan corto y la verdad es que tampoco lo deseáramos tanto. Sin embargo también tiene su parte positiva, porque gracias a todos estos viajes hemos conocido a mucha gente, hemos hecho amigos de verdad y esa amistad es lo mejor de todo”, Shannon Hoon (Popular 1. 1994). Y sin embargo, lo chocante es comprobar cómo se consiguió el éxito con una canción que no reflejaba el sonido de la banda, que a pesar de lo naif del video y el sonido happy-hippy de la canción, tenía una letra que no tenía nada de alegre.
“All I can say is that my life is pretty plain
I like watching the puddles gather rain
And all I can do is just pour some tea for two
And speak my point of view, but it’s not sane”.
“Blind Melon”: el disco.
“Blind Melon” rezuma frescura, libertad creativa, energía… En la efervescencia musico cultural de la época, logran componer y grabar un disco enorme, atemporal a igual que obras contemporáneas como “Black Love” de The Afghan Wigs o “Shake your money maker” de los Black Crowes. Discos que representan a bandas que se salen de lo establecido, un “establecido” que ya de por sí estaba poniéndolo todo patas arriba. Para muchos “Soup” es la obra cumbre de Blind Melon, pero es en este primer disco donde la banda suena con más energía que nunca. Las canciones fluyen solas, trabajadas sin duda durante mucho tiempo en directo, lo que les permite insuflarles ese aire jammy que hace que se les emparente más de la cuenta con los Grateful Dead, aunque el espíritu de la banda de Jerry Garcia está evidentemente presente. La pregunta es, ¿a qué suenan Blind Melon? Imposible responder sin caer en un reduccionismo innecesario. Blind Melon suenan a ellos mismos, inclasificables, intensos y con una paleta de sonidos y emociones difícilmente recopilables. “Creo que estábamos en algún punto entre Guns N’ Roses y The Grateful Dead”, afirmaba Greg en rocknvivo.com. Una banda que funciona a la perfección, con guitarras maravillosamente dobladas a cargo de Rogers Stevens y Christopher Thorn, compenetrados perfectamente a una base rítmica enérgica a manos de Smith y Graham. Y entre todos ellos, emerge la figura de Shannon, un Shannon Hoon que se dejaba el alma en cada toma que grababa, como si supiera del escaso tiempo que tenía disponible en este mundo y quisiera exprimirse a cada instante. No es de extrañar que la intensidad con la que vivió se plasmase tanto en sus letras como en su destructivo estilo de vida en el que las drogas y el alcohol estaban continuamente presentes y en grado ascendente. Shannon venía de una familia divorciada con problemas de alcoholemia que heredó y que influyó a la hora de construir una personalidad complicada que rozaba lo autodestructivo. De hecho, cansarse de expulsiones y problemas de todo tipo en su Lafayette natal fue lo que le hizo sentir la necesidad de mudarse a Los Angeles para probar con la música.
El disco se inicia con “Soak the Sin” como un vendaval, un sonido intenso, cálido, desprendiendo una energía que a día de hoy se mantiene intacta. Se nota que son una banda que ha trabajado mucho en el escenario sobre la improvisación y los desarrollos largos. Han pasado la friolera de 28 años y escuchar ese comienzo sincopado de Glen Graham es como volver a casa. Maravillosa canción… Un perfecto ejemplo de cómo la mayoría de las canciones de este disco provienen de procesos de improvisación (“Soak the sin” en concreto surgió de las sesiones de grabación en los estudios Sound City) en contraposición de “Soup”, que las canciones se compondrían individualmente. En las letras Shannon comienza a abrirse a quien quiera escucharle. Sin duda el cantante está lleno de demonios que tratará de exorcizar en cada frase de cada canción que componga. Shannon a la hora de escribir se parecía a Layne Stanley, su estilo de escritura era “soy un libro abierto, no tengo filtros”, una especie de diálogo interno continuo consigo mismo. Pecados, necesidad de liberarse, la figura de dios, escapar, la eterna figura del hogar que añora pero al que no quiere/puede volver, la madre a la que quiere honrar…
“I’m gonna tell my mamma I love her so
Thank you for giving me these bones of gold
(Ooh, I’m gonna run from my home)
Yeah, jump in the river, and let the water soak the sin in my soul”.
“Tones of home” continúa el tono enérgico y sentido del comienzo del disco. Ahora parece un clásico pero no funcionó como single, ¿quizá demasiado complejo para lo que los “grungers” demandaban en aquel momento? De nuevo Blind Melon demuestran una personalidad tremenda con un Shannon desatado, música con mil matices y cambios de ritmo o melodía, uno casi diría que el disco está grabado en directo. Inevitable acordarse de los Grateful Dead y los sonidos de la costa oeste.
“Tones of home
Said, you don’t like the way I’m living (You don’t like me)
Tones of home, tones of home
(And so I wave) goodbye
I’m flyin’… And I’m flyin’ home”.
Con “I wonder” Blind Melon te terminan por desarmar, qué canción. Se inicia tranquila, como si quisieran mecerte, pero el ritmo es el mismo que las dos antecesoras, quizá algo más calmado. Si en “Soak the sin” y “Tones of home” evocaba el hogar que se quedaba atrás aquí Hoon parece necesitar evadirse de su realidad, escapar de la vida que parecía aprisionarle. Con una de las estrofas más maravillosas de su carrera cuando canta “and I only wanted to be sixteen… and free” puedes sentir a Shannon recitando esa frase con los ojos cerrados delante de ti. “Paper Scratcher” igualmente suena a clásico, intensa pero cambiante, una montaña rusa de intensidad y ritmos, a ratos suena hippy y a ratos agresiva, en realidad como la propia personalidad de Hoon en una composición de Thorn en afinaciones abiertas y en la que se refleja lo bien que se fusionaban sus guitarras y las de Stevens.
”Dear Ol’ Dad” mantiene del descomunal nivel compositivo del disco en una canción que es una plegaria a Dios para que le ayude y con “Change”… no puedo ser objetivo. Desde mi primera escucha siempre pensé que era LA canción más perfecta que había escuchado nunca, sin duda muy por encima de “No rain”. Sencilla pero con una carga emocional devastadora. Y a pesar de su tono casi festivo hay un Shannon lleno de demonios que necesita dejar atrás. Espectacular los trabajos al slide guitar de Rogers Stevens y de Thorn a la mandolina. Todo fluye, qué canción… Y aun así curiosamente no funcionó como single, quizá el video era demasiado recargado en contraposición a la luz que desprendía el “No rain” que aparece a continuación y que fue su predecesor como single.
“No rain” es como un alto en el camino en el transcurrir del disco, una parada en el tortuoso viaje de Shannon, se nota que la letra no la ha escrito él. Fue Brad quien compuso la canción la compuso Brad más de un año antes de que la grabase Shannon, la época en que se había mudado a California y se dedicaba a tocar en la playa para ganarse unas pocas monedas para sobrevivir, un estilo de vida duro y que lo tenía sumido en la depresión. Y de eso trata la canción en realidad, de estar deprimido, de no ser capaz de salir de la cama y de buscar excusas para no afrontar el hecho de que, en ese sentido, no tienes nada. De eso trata «I don’t understand why I sleep all day and I start to complain that there’s no rain”, me gustaría que estuviese lloviendo para justificarme a mí mismo que no puedo salir de la cama ni hacer nada. Pero hace un día soleado, así que hay que enfrentarse a eso. Una letra triste para una melodía luminosa y un video absolutamente adorable que hicieron de “No rain” uno de los grandes clásicos de aquella época.
Con “Deserted” comienza lo que parece la segunda parte del disco, que no cede ni un ápice en fuerza. Me encanta cómo acaban esta canción, casi un lamento, exhaustos después de tanta intensidad. De hecho, “Sleepyhouse” (como llamaban la casa en Carolina del Norte a la que fueron a componer el disco) es posiblemente la canción más tranquila de todo el disco, lo cual no quita que tenga algunos de los momentos más bellos al comprobarse cómo está disfrutando Shannon de la música y de estar rodeado de una banda de amigos.
“Are you feeling fine?
As I was, as a little child
And I’m feeling better when I’m high
With a red light shining on
Shining on a little unity”.
“Holyman”… qué canción. Ese inicio entre la mandolina y la voz de Shannon sigue poniéndome la piel de gallina. Una canción en la que Shannon de nuevo está peleándose con sus demonios, sintiéndose desubicado y necesitando encontrar su propio camino. “Seed to a tree” mantiene el ritmo de las primeras canciones para dar pie a “Drive”, el último respiro que la banda de nos da antes de finalizar el trabajo. Otra majestuosa canción con cambios de ritmo y melodía como si quisieran jugar con nosotros, comenzando casi sin querer para acabar de nuevo dejándose llevar. Una vez más maravillosos trabajos a las guitarras de Thorn y Stevens que se funden a la perfección con la voz de Hoon y los coros de Brad Smith. Una canción que habla de cuando Shanoon se pasó a ver a Thorn en la tienda en la que este trabajaba y vieron cómo William, otro empleado de la tienda, comenzó a meterse un pico de heroína y de cómo este luego siempre les pedía que le llevasen al centro a conseguir más porque él no conducía.
De eso trata la canción en realidad, de estar deprimido, de no ser capaz de salir de la cama y de buscar excusas para no afrontar el hecho de que, en ese sentido, no tienes nada. De eso trata «I don’t understand why I sleep all day and I start to complain that there’s no rain”, me gustaría que estuviese lloviendo para justificarme a mí mismo que no puedo salir de la cama ni hacer nada. Pero hace un día soleado, así que hay que enfrentarse a eso.
Llegamos al final y nada, absolutamente nada se puede comparar con “Time”. Si la colección de canciones que conforma “Blind Melon” hasta ahora haría de él un disco majestuoso, terminar con esta composición hace que todo se eleve aún más si cabe. No se me ocurre nada más bello para despedirse que “Time”. Un disco, una relación, una amistad… una vida. Esos acordes que la inician, ese tarareo de Shannon que te hiela la sangre… Una canción superlativa, donde la palabra intensidad toma otra dimensión. Ya se lo comento a Thorn en la entrevista, la canción con la que quisiera despedirme el día que la tierra me sea leve.
El disco, tal y como decía antes, fue un éxito absoluto. A pesar de haber fichado por un sello importante como era Capitol y de haber girado con Guns & Roses o Soundgarden, los inicios de Blind Melon fueron muy humildes. Y sin embargo de un día a otro, tras la publicación de “No rain” todo cambia. Millones de discos vendidos, giras extenuantes, presión desmedida, oportunidad de abrir para gente como los Rolling Stones (¡que les pagaban la ridícula cantidad de 500 dólares por cada velada!), Neil Young o Lenny Kravitz, millones de entrevistas… Todo cambió para la banda pero sobre todo para Shannon, que con una personalidad tan complicada, el éxito no iba a hacer sino multiplicar sus hábito de consumo desenfrenado de drogas.
Llegamos a 1994, un año intenso en la vida de la banda. Shannon parece tocar fondo y decide entrar en rehabilitación a la vez que cambia por completo de look al cortarse su (espectacular) melena. Las imágenes de Shannon con la cabeza rapada causan impresión, uno diría que ha perdido el control. Y sin embargo parece enderezar el rumbo, impulsado por la noticia de su futura paternidad junto a su novia Lisa Crouse. Además, comienzan a trabajar en el que será su nuevo disco, para el que deciden irse a Nueva Orleans. Una elección que, sin duda, encaja perfectamente en el espíritu de la banda, alejado de los parámetros musicales del momento. No sé sabe muy bien cuando Shannon vuelve a caer en el consumo, pero la grabación del disco fue muy accidentada en cuanto a su comportamiento. Además, Kurt Cobain se suicida, algo que nos impactó tanto a toda una generación, entre ellos a Hoon, que escribiría la bellísima “Soup” con la muerte del cantante de Nirvana en su mente. Shannon había terminado las letras mientras estaba de vacaciones con Thorn en Mammoth Lakes, California mientras trabajaban con las letras y la música de las canciones, uniéndose más tarde Rogers. “Nunca olvidaré la noche en la que Shannon cantó sobre la demo que yo había hecho. Cuando cantó la letra ‘I will pull the trigger and make you all go away’ supe que era sobre Kurt Cobain. Estuve con la piel de gallina durante días después de aquello, y me sigue sucediendo lo mismo cada vez que vuelvo a escuchar la canción” comenta Brad (songfacts.com).
No podemos evitar pararnos aquí para hablar de la actuación de Blind Melon en Woodstock, uno de los momentos definitivos de aquella inolvidable década. En unos años tan excesivos como fueron la primera mitad de los 90 parecía que aquella generación tenía que tener su propio Woodstock aunque en realidad no fuese más que un gran negocio que no tenía ninguna relación con el original. Esta edición fue otra cosa, masiva y sin escatimar recursos pese a lo cual no fueron capaces de gestionar los más de 350.000 asistentes que provocaron problemas de todo tipo, incluidas revueltas por graves problemas de abastecimiento (A Shannon le pidieron que tratara de calmar a las masas y lejos de hacerlo dijo sobre el escenario que pagando lo que pagaban por un ticket… ¡tenían todo el derecho a provocar revueltas!). Un monstruoso evento que reunió a un curioso elenco de artistas, con gente en boga como Spin Doctors, Red Hot Chili Peppers, Porno for Pyros, Nine Inch Nails (otros que dieron un concierto apoteósico), Green Day… o artistas más veteranos como Peter Gabriel, Bob Dylan, Aerosmith, Allman Brothers… De entre ese desigual cartel, Blind Melon tenían la extraña tarea de tocar a primera hora de la tarde después de Joe Cocker, inmediatamente después de aterrizar en helicóptero. Era todo tan excesivo que todos los miembros de la banda estaban completamente desbordados. Todos menos Shannon que se había tomado un ácido y acudió vestido con un traje blanco de su novia que lo asemejaba más a un ángel que a un cantante de rock. Las drogas destrozaron su vida, pero esa tarde Shannon dio una de las actuaciones más memorables que se recuerdan con una intensidad demoledora. Cantaba cada frase como si fuera la última, transmitiendo una pasión desbordante, a veces parecía que estaba en trance, cada vez que veo aquella actuación se me vuelve a erizar la piel, hay momentos como la interpretación de “Soup” hiela la sangre. Las preocupaciones de la banda iniciales al no poder con su técnico de sonido habitual y la impresión de sentirse en un escenario tan grande se disiparon al ver a Shannon elevarse sobre todos ellos. Sin duda no solo una de las grandes actuaciones del festival sino de la década.
Como decía, la grabación en Nueva Orleans fue complicada. Habían tenido unos meses para descansar y cada uno llegó con varios temas lo que complicó el trabajo, ya que se juntaron muchas ideas distintas entre sí que intentaban enlazar para darles forma. De hecho, por eso lo llamaron “Soup”, por parecerles una mezcla de muchas cosas que trataban darle un sentido en conjunto “para darle sabor”. Curioso por cierto que la canción que le daba nombre al disco quedase fuera, sobre todo por ser una de las más bellas composiciones de toda la discografía del grupo. En cualquier caso la ciudad empapó de su sabor las canciones de “Soup”, imposible que eso no sucediera. Las canciones, que no tenían el recorrido de las de su debut, suenan más directas, con menos desarrollos. Hay más orquestación y nuevos elementos. Curioso que el comienzo y el final corriesen a cargo de una banda de jazz callejero interpretando una marcha funeraria, como si el subconsciente de la banda estuviese previendo el inevitable desenlace y se convirtiera en un disco de despedida, realmente impactante. Una pieza inicial que no venía inicialmente más que en la edición en cd y que daba entrada a “Galaxie”, primer sencillo además, un tema enérgico con un potente video que recordaba a la “Naranja Mecánica”. Recuerdo cada noche gastarme todo mi dinero en la máquina de videos que había en un bar en verano donde veraneaba con mi familia para ver una y otra vez ese “Galaxie”. Un tema impactante y furioso donde ya se puede comprobar que la banda ha evolucionado (quién sabe hasta dónde habrían llegado). Una composición de Brad (la letra acabó cambiándola entera Shannon), más rock, menos Grateful Dead y con unas letras que se oscurecen, algo inevitable en la psique de Hoon, que parece cada vez más fuera de control tratando de ahogar los demonios de su mente para perderse de esa realidad con la que no está a gusto (“Oh, no, no, no it isn’t me, I’m more at home in my Galaxie”). Para la grabación acuden a Andy Wallace (que como productor grabaría también aquel año a Jeff Buckley), que supo entender perfectamente el giro estilístico de la banda. Canciones más directas con letras más concisas como “2 X 4″ (“I’m talkin’ to myself boy”) o más lisérgicas como “Vernie” se mezclan con temas carnavaleras como la deliciosa “Siknned” con esa letra sobre Ed Gein, al igual que habían hecho pocos años antes los Jane’s Adiction con su “Ed, just admite it”. “Christopher había compuesto la música, con los banjos y todo eso, y la letra fue cosa de Shannon. Es una canción muy extraña, es cierto, pero a Shannon le fascinaba la psicología de los asesinos en serie. Quisimos darle un enfoque divertido, porque obviamente aquellos crímenes fueron algo horrible. Pero con la letra de Shannon tiene ese toque de humor negro, imaginándote a ese tío en su día a día, cubierto con la piel de una de sus víctimas. A mí me parece que lo que la hace interesante es ese contraste, entre una música tan festiva y los pensamientos de ese psicópata en primera persona” y añade “Shannon me llamó a eso de las 3 de la mañana con una idea y se vino a mi habitación para grabarla. Recuerdo estar en mitad de ninguna parte con él cantando la parte vocal de algo tan macabro como “Skinned”, recuerdo que era desternillante y enfermizo al mismo tiempo. Shannon en estado puro”.
“Toes across the floor” es uno de esos temas totémicos en Blind Melon. Oscuro y enérgico es de las que más se parecen al sonido del disco anterior, pero dotándola de matices nuevos y sonoridades distintas, como esos coros casi indios que la empapa de misterio. En “Walk” regresan los Melon acústicos en una canción que duele de tan bella, otro gran trabajo a las cuerdas de mandolinas y armónicas. Y de un momento tan bello a uno de los más oscuros. Compuesta por Glen, “Car seat (God’s preset)”, trata sobre el caso de una mujer que ahogó a sus dos hijos atándolos a sus asientos del coche y lanzándolo al agua logrando la banda recrear un ambiente lúgubre y angustioso acorde con tan macabra historia. En “Wilt” vuelven los Blind Melon más clásicos con un temazo descomunal que acaba con uno de esos cambios de ritmo en los que la banda termina por dejarse llevar mientras Shannon pierde por completo la cabeza, desesperado al ver como todo se marchita.
Shannon y Christopher escribieron “The Duke” después de un tiempo en Hawái tras la actuación que Blind Melon habían tenido junto a Porno for Pyros en el que estuvieron haciendo submarinismo y surfeando. Había una estatua de unos tres metros de “El Duque”, que era un surfero hawaiano muy famoso y su historia inspiró la canción. De hecho Thorn trató de recrear la sensación de estar surfeando y flotando sobre el agua de aquellos días con un ritmo pausado pero que se convierte en enérgico crescendo mientras que en “St. Andrews Fall” la historia de una chica que se suicidó en presencia de la banda lanzándose desde un edificio se convierte en una extraña canción con un final convulso que desencamina en una coda final de una belleza que contrasta con la dureza de la historia. Qué forma de envolver la canción con el contrabajo a manos de Brad y con una parte final, como si fuera una canción distinta de una belleza que hiela la sangre. «Mouthful of Cavities» es otro momento épico en el que colabora una fan de Baltimore, Jena Kraus, que dejó boquiabiertos a todos con su voz un día y decidieron que tenía que grabar con ellos en la que es posiblemente la canción más estándar del disco pero igualmente de una belleza descomunal. El punto final del disco es con un enérgico “Lemonade” con el que Shannon se despide de todos nosotros oficialmente, con un nudo en la garganta al comprobar que no se trata de otra cosa sino de un canto a su adicción a las drogas (la limonada, que necesita más y más…) y cómo la estancia en Nueva Orleans terminó por hundirlo definitivamente. Es duro pensar cómo las “casualidades” hicieran que el himno mortuorio jazzístico con el que comienza “Soup” fuese el que concluya justo cuando Shannon canta sobre lo perdido que está por culpa de las drogas.
“Soup” se publica finalmente en agosto de 1995. La expectación era enorme y sin embargo comercialmente fue un fracaso. Elegir “Galaxie” como primer single podía ser una buena idea, la canción era buena y tenía gancho, pero eran muchos los que no veían más allá de “No Rain” y esperaban más material parecido, de forma que algo tan oscuro como “Galaxie” con un video aún más oscuro debió desconcertarlos a todos pese a ser una auténtica obra maestra.
“Es imposible abstraerse del viaje emocional al que me somete este disco cada vez que lo pincho, es sonar la intro de “Galaxie” y sentirme como en casa. No se puede hacer otra cosa mientras suena. “Soup” hay que cantarlo, hay que vivirlo. A pesar de la tristeza que transmiten algunas de sus letras es un disco que siempre me ha transmitido buenas vibraciones. A quien no conozca Blind Melon le recomiendo que escuche el tramo final de “Toes Across The Floor”. Pocas piezas desprenden tanta pasión, tanto drama, casi se pueden escuchar sus llantos mientras suena aquello de “Oh then maybe the hunter’s dog called God could be my friend in time…”. La capacidad que tenía para componer melodías desgarradoras era completamente asombrosa. “Walk”, “Skinned”, “New Life”, “Vernie”, “Mouthful Of Cavities”… es inútil, habría que citar todos y cada uno de los cortes que componen el álbum. Una obra repleta de magia, uno de los mejores discos que se hayan hecho jamás”. Raúl Guerrero (Bourbon).
Por desgracia la vida del disco fue casi inexistente. Una vez publicado “Soup” se embarcaron en una agotadora actividad de promoción por medio de una interminable gira que fomentaba los malos hábitos de Shannon. El 21 de octubre de 1995 Blind Melon llegaban a Nueva Orleans desde Houston. Después de una noche intensa en la que estuvo consumiendo cocaína con Rogers, este lo dejó en su habitación del hotel pensando que se iría también a descansar, pero sin embargo lo que hizo fue regresar al autobús de gira para seguir consumiendo. Al día siguiente Shannon fue encontrado sin vida y la versión oficial fue que murió por un infarto provocado por sobredosis de cocaína. Recuerdo perfectamente el momento en que escuché la noticia en un programa de videos que emitían todos los días sobre las 2 del mediodía con una mini sección de noticias. Recuerdo que no reaccioné al principio, era todo tan absurdo… Teníamos aún tan presente la muerte de Kurt Cobain y ahora Shannon, uno de los nuestros… Shannon fue enterrado pocos días después en Dayton, Indiana, descalzo y con su camiseta favorita. En la lápida se escribió una línea de “Change”: “I know we can’t all stay here forever so I want to write my words on the face of today and they”.
“Creo que todos esperábamos que lograse volver a poner los pies en el suelo, que encontrase esa inspiración para centrarse y seguir adelante. Sobre todo con el nacimiento de su hija, creíamos que le haría recapacitar, pero no fue así, y los narcóticos ya tenían un protagonismo exagerado. Y siendo honesto, tampoco había gran cosa que hacer, excepto buscar ayuda profesional, porque no hablamos de fumar hierba, su adicción era bastante seria. Y cuando pasó… estábamos en estado de shock, pero no sorprendidos. Porque Shannon moría cada día”, Glen Graham (jlfernandezblog.wordpress.com).
La vida de Blind Melon parecía que acabaría con Shannon Hoon pero aún se pudo publicar un tercer disco póstumo titulado como la hija del cantante, Nico. Un disco que sin tener el nivel de sus dos predecesores, sigue siendo un gran trabajo. No es un disco de descartes y funciona perfectamente como conjunto, la idea de la banda era que fuese un disco con personalidad, querían rendirle un último homenaje a su amigo, pese a lo duro que fue la edición del disco. “Fue tan triste… Shannon era la clase de tipo que no paraba de hablar, siempre estaba contando chistes, o gastando bromas, o diciendo tonterías que te alegraban el día. Y grabando era exactamente igual, porque llegaba al estudio, y te explicaba de que iba la canción, te contaba alguna historia, o grababa alguna tontería con el micro aún abierto… y cuando hicimos “Nico”, sentimos ese silencio terrible entre toma y toma, mientras preparábamos todo ese material. Necesitábamos hacerlo como terapia, porque un día éramos una banda y al día siguiente Blind Melon había desaparecido, queríamos seguir haciendo música juntos, al menos una vez más. Pero cuando escuchamos ese silencio, la ausencia de Shannon se hizo más grande que nunca”, Christopher Thorn (lfernandezblog.wordpress.com). Se usaron tomas de canciones ya publicadas como «St. Andrew’s Hall» o la versión lenta de “No rain”; covers de Steppenwolf («The Pusher«) y John Lennon («John Sinclair«); notables composiciones como “Hell”, “All that I need” o «Life Ain’t So Shitty«, o ese último guiño a la personalidad de Shannon con la canción que dejó en un contestador de teléfono, «Letters from a Porcupine«. Pero si se recuerda este trabajo es por incluir dos joyas que estarían en lo más alto del legado de la banda, la preciosa “Soup” y la no menos escalofriante “Soul one”. ¿Cómo diablos puedes componer dos canciones así y descartarlas para un disco?
Por último, cuando uno cree haberlo visto todo, recuerdo que en Popular 1 se hizo una encuesta entre los lectores. Yo envié mis propuestas y se ve que como yo muchos más eligieron “Soup” como mejor disco de la década de los 90. Y en un increíble giro de los acontecimientos, un redactor del Popu, JL Fernández entrevistó al poco tiempo a Greg y le dijo que los lectores de la revista habían elegido, efectivamente, a “Soup” como el mejor disco de los 90. La reacción del batería fue de “What?”. La noticia le impactó tanto que le faltó tiempo para decírselo al resto de compañeros que igualmente, después de tantos años hubiese gente que se acordase de ellos y además tuviese esa consideración respecto a sus discos. Uno querría pensar que aquello propició que decidieran volver a juntarse esta vez con Travis Warren a la voz para grabar “For my friends” y que en su correspondiente gira visitasen por fin España.
Y hasta aquí llegamos este homenaje a Shannon Hoon y a sus Blind Melon. Aunque el mejor homenaje que podremos hacerle será volver a poner sus discos una vez más.
Javistone
(Artículo publicado en el número 19 de Rock Bottom Magazine de enero de 2019).
Monográfico sobre Blind Melon de Metal N’ Rock dirigido por Javistone.
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