Entrevista a Greg Strzempka (Raging Slab): «Music is medicine».

Durante unos años fueron uno de los grupos más excitantes que visitaban nuestro país. La banda de Greg y Elyse nos visitó una y otra vez dejando una huella imborrable en todos nosotros, auténticos animales del Rock & Roll que pudieron ser otro “the next big thing” si no hubieran cometido el error de ser coherentes con ellos mismos. Durante muchos años pareció que la tierra se los había tragado y en 2017 una desgarradora noticia explicaba la razón: un maldito cáncer se había llevado a Elyse de este mundo a otro irremediablemente mejor y más justo. Un año más tarde el equipo de Rock Bottom Magazine sentía la imperiosa necesidad de hablar con Greg, y es lo que tenéis a continuación, la extensa e intensa charla que tuvimos en 2018 con Greg Strzempka, líder de Ragin Slab.

Lo primero de todo, Greg, es darte nuestro pésame por el fallecimiento de Elyse. Como intentaremos expresar durante la entrevista, Raging Slab es una banda muy querida en nuestro país, y sentimos mucho en su día la triste noticia. ¿Cómo estás?, ¿cómo te encuentras tú ahora?
En primer lugar, muchas gracias por vuestras palabras. Ha sido un viaje largo y difícil de hacer. Elyse estuvo enferma y en tratamiento durante casi tres años y medio (¡y eso que cuando le diagnosticaron la enfermedad le dieron apenas doce meses de vida!) y yo fui la única persona que estuvo a su cargo, así que incluso casi un año después de que falleciera todavía me siento de alguna forma exhausto. Emocionalmente lo llevo bastante bien, lo único bueno que se puede decir del cáncer es que no es algo repentino y tienes, de alguna forma, tiempo para prepararte para lo inevitable. Dicho esto, estuvimos casados durante treinta y cinco años, así que sigo hablando con ella todo el tiempo, compartí tanto con ella que Elyse es parte de mí, de hecho, ¡probablemente sea la mejor parte de mí! Sí, la echo mucho de menos.

Muchos de nosotros coincidimos con vosotros después de los shows que ofrecisteis en las numerosas giras que disteis por aquí y nos lo pasábamos en grande. Yo os conocí en Jerez en el famoso festival Serie Z y en Madrid algunos años después. Tras el concierto estuvimos con vosotros tomando una Budweiser detrás de otra, charlando toda la noche con Elyse y contigo… y, como te digo, todos tenemos grandes recuerdos vuestros.
Además de tocar música, no hay nada que nos guste más que salir a pasar el rato y beber (a pesar de que Budwiser no es ya mi primera opción). Y estaba claro como el agua que los españoles se alegraban mucho más que en ningún otro sitio del planeta Tierra de vernos, así que… ¿a quién no le va a gustar irse de juerga con alguien que se alegra tanto de verte (¡especialmente tras un par de semanas en Alemania!)? (Risas). Como he comentado alguna vez en el pasado, solo recuerdo la primera parte de nuestra estancia en el festival Serie Z. La segunda (que incluye por desgracia nuestra actuación) se convirtió en el viaje alucinógeno más fuerte que haya tenido nunca. A veces veo la actuación de Santana en Woodstock, que se supone que está en un viaje de LSD durante su actuación y pienso “¿Cómo cojones lo hacía?” (Risas).

Me gustaría preguntarte un par de cosas sobre Elyse, pero no tienes por qué responderlas. Siempre me fascinó su forma de tocar la guitarra, estoy obsesionado con las afinaciones abiertas, ¿cómo aprendió a tocar así? Tenía un estilo increíble.
Bueno, Elyse y yo nos conocimos por casualidad en Nueva York en agosto de 1983 y… ¡nos casamos dos semanas más tarde en el Manhattan City Hall! Yo había estado buscando otros músicos para montar una nueva banda, estuve buscando durante meses y meses sin tener ninguna suerte, y como lo que más nos unía a Elyse y a mí era la música (ella era la consumidora más voraz de música, la que tenía el oído más fino y la mayor fan de la música que haya conocido y vaya a conocer nunca) decidí que lo más fácil sería simplemente enseñarle a tocar la guitarra. He enseñado a tocar la guitarra aquí y allá durante años para ganar dinero extra y siempre pensé que la mejor forma de enseñar es decirle al estudiante que elija un par de canciones que quiera tocar y comenzar a partir de ahí. Y las que Elyse siempre elegía tenían invariablemente una slide guitar. La primera canción que quiso tocar era “Consolation Prizes” del “Kill City” de Iggy Pop, y le dije “No, eso es slide guitar, elige otra canción con una guitarra normal”. La siguiente canción que eligió fue una de Mississippi Fred McDowell llamada “Red Cross Store”, de nuevo, slide guitar. “¡Elige otra!”. La tercera opción era un tema de Captain Beefheart de “Safe As Milk”… ¡también slide guitar! Llegados a ese punto ella me miró y me dijo “bueno, pues entonces supongo que lo que quiero es… ¡aprender a tocar slide guitar!”.

Lo que se conoce como “la afinación Elyse” es una combinación de la “abierta en Re”, “abierta en La” y afinación estándar, así que tenías notas abiertas en las cuerdas más bajas y afinación estándar en las más altas. Una afinación muy flexible y muy innovadora, ¡y ella fue la maestra! (Por si no lo pilláis, es, de abajo hacia arriba (D,A,E,A,B,E).

Foto de Rachel Rijsijk

Y su guitarra con forma de los USA, ¿dónde la consiguió?
Debo decir que Elyse tenía un gusto espectacular para las guitarras, de hecho… ¡tenía un gusto espectacular para todo! Siempre iba como diez o veinte años por delante de las modas. La “Map guitar” estaba colgada en el escaparate de una tienda de música en Johnstown, Pennsylvania. Gibson había fabricado unas cuarenta o cincuenta de aquellas guitarras solo como decoración, servían como reclamo para publicitar que sus guitarras eran de nuevo “Made in USA”, tras haber experimentado brevemente con la fabricación de guitarras en Japón en los 70’s (no les fue bien). Las “Map guitars” de Gibson no se diseñaron con la intención de que fuesen tocadas, de forma que no estaban hechas como una Les Paul (cuerdas bajas, trastes manejables…), pero para el slide guitar… ¡eran perfectas! Llegó a coleccionar siete de aquellas Gibson “Map guitar”, algunas pintadas, otras en su color de madera natural. Una incluso era un regalo de Brendan O’Brien (que co-produjo “Dynamite Monster Boogie Concert”). Era un modelo muy raro, y sobre todo… ¡muy pesado! Pesan entre 12 y 15 pounds (lo siento, los hombres de las cavernas americanos no controlamos los kilos) – (Entre los 5,5 y 7,2 kilos de peso, NdR). Elyse medía apenas un metro y medio y pesaba 45 kilos, así que ¡solo dios sabe cómo lidiaba con una de esas cosas alrededor del cuello durante una hora y media cada noche! Finalmente nuestro querido amigo el lutier Gordon Groves, de Tucson, Arizona, le construyó dos modelos más ligeros a escala 3/4, la “Boogalizer”, que pesaban algo menos de los tres kilos y en realidad… ¡sonaban mejor incluso que las propias Gibson!

¿Qué recuerdos tienes de aquellas giras que solíais realizar por España? Conseguisteis una gran legión de fans, vuestros conciertos eran fantásticos, mucha energía, grandes canciones…
Creo que lo debo haber dicho en alguna ocasión, mi libro favorito de siempre es Don Quijote (la novela más Rock and Roll jamás escrita), que debo haber leído por lo menos unas veinte veces (ojalá pueda llegar a leerlo algún día en español), así que España siempre ha sido un sitio que ha tenido cierto romanticismo para mí. También amo la comida, amo poder tomarme una cerveza en el desayuno y que a nadie parezca importarle (bueno, porque posiblemente no sea el único que se esté tomando una cerveza con su tortilla), pero sobre todo lo que amo es la gente, los españoles, de verdad… De toda Europa, los más amigables, generosos y grandes fans del Rock and Roll de todos.

No iba a hablarte del famoso champiñón aquel, pero…
Oh dios, demasiado tarde… ¡Ya mencioné el champiñón! (Risas).

Sí, te me has adelantado… Pero bueno, cuéntame alguna anécdota loca que os pasara en aquellas giras en nuestro país, seguro que tenéis alguna…
Sí, claro… Hay tantos recuerdos alucinantes, como tocar en castillos… ¡castillos!. Como estadounidenses no estamos acostumbrados a tanta historia alrededor nuestro. ¡Gente montando alucinantes fiestas post-concierto en nuestro honor!. Conciertos que se organizaban de forma improvisada de la noche a la mañana, era como si cada día fuera una nueva aventura. Nos metíamos en un bar por la tarde, conocíamos a gente y a menudo… ¡amanecíamos con ellos al día siguiente! ¡Días increíblemente divertidos! Deambular por ahí durante el día también era increíble. Pero sobre todo el aprecio que Raging Slab recibía en vuestro país siempre fue abrumador, por no decir sorprendente y emocionante. ¡Y no recuerdo haber dado un mal bolo en España…NUNCA! De verdad…

¿Por qué crees que tuvisteis más éxito en un país como España que quizá en vuestro propio país?
Obviamente porque los españoles tienen mucho, mucho, mucho mejor gusto en música que cualquier otro país. Y en cuanto a que no pegamos en Estados Unidos, hay una vieja frase que se le atribuye a David Bowie que dice “en América no importa quién llega primero, ¡sólo importa quién llega segundo!”, lo cual explica nuestra carrera en América comparada con montones y montones de otros grupos.

En nuestro primer número estuvimos charlando con Eric Oblander, y nos comentaba que decías que John Popper tocaba la harmónica como Steve Vai, y Eric como Steve Cropper, fantástica comparación… ¿te acuerdas?
¡Claro que sí! Y he grabado con los dos, así que ¡es una opinión basada en mi experiencia personal!

Hace años que, forzosamente, dejaste hibernando el proyecto de Raging Slab, ¿qué proyectos tienes ahora en mente?
Me encanta que uses la palabra “hibernando” en lugar de “terminado”, porque realmente Raging Slab nunca se terminaron, “hibernando” diría que encaja perfectamente porque ahora mismo estoy mezclando nuevo material de Raging Slab y… bueno, me explico… Cuando a Elyse le diagnosticaron cáncer, ella decidió que quería hacer algunas grabaciones. El cáncer se lo encontraron porque estaba teniendo unos dolores muy agudos y sin causa aparente en la espalda y después de descartar cualquier tensión o lesión en la columna vertebral, una radiografía reveló “manchas oscuras” en sus pulmones. Aunque Elyse estuvo medicándose para el dolor, decía que el único momento en que no sentía dolor era cuando estaba cantando, así que intentamos hacerlo tanto como fue posible. Cada semana ella elegía alguna canción que tuviera algún significado para ella y la grabábamos. De las 35 que teníamos llegamos a grabar ¡24! Alec Morton tocó el bajo, las partes de batería las puso el que era nuestro batería en la etapa RCA Records, Bob Pantella (que ahora está en Monster Magnet, Atomic Bitchwax) y también Dale Crover (Melvins, Red Kross). Nuestro viejo colega Eric Oblander aparece en un par de temas… Espero poder sacar algunos en el aniversario de su muerte, el 30 de marzo…

También sigo escribiendo y grabando casi todos los días, y desde que Elyse se fue estoy liado con las cantidades ingentes de material de Raging Slab que no sé si verá la luz algún día, qué puedo decir… Voy un poco lento para terminar con esto porque no hay fechas de entrega de discográficas, o fechas de lanzamiento… y además Elyse y yo grabamos multitud de partes vocales (¡no borramos ninguna!) de forma que cada canción puede tener como treinta tomas de voz o más, lo que puede ser un poco difícil de manejar. Y reconozco que me emociono escuchando ese material, Elyse tenía sesiones de quimioterapia y radioterapia día sí, día no, y llegaba a casa y cantaba hasta que físicamente ya no podía hablar. En algunos cortes puedes oírla jadeando y quedándose sin aire y realmente hay momentos que es realmente doloroso escucharla (y como te comentaba, hay mucho material). Pero en cualquier caso estoy muy feliz de que ella pudiera hacer todas esas grabaciones, porque hay una especie de inmortalidad en ellas, y Elyse realmente quería dejar a sus fans (actuales y del futuro) un testamento de su fe en el Rock & Roll. Como ella solía decir… “la música es medicina”.

¿Qué música estás escuchando últimamente? ¿Alguna banda que te haya impresionado… o sigues escuchando a los viejos clásicos?
Me temo que no escucho mucho material nuevo, no tengo Spotify ni mierdas de esas, no queda ninguna radio de la que hablar… De vez en cuando siento que debería escuchar música nueva y me pego atracones, pero desafortunadamente la mayoría de las cosas nuevas que escucho me suenan a cosas que fusilan sin miramientos temas antiguos, a refritos de refritos de cosas hechas ya. Muy de vez en cuando escucho algo que creo que está genial, compro el CD y una semana más tarde lo he olvidado por completo y no lo vuelvo a poner nunca más. La última banda “nueva” que realmente me voló la cabeza fueron The Fleet Foxes, (y no eran precisamente nuevos), pero los sigo escuchando. He estado escuchando mucho últimamente a un tipo llamado Yonatan Gat, un guitarrista, aunque puede que la semana que viene lo haya olvidado. El que fuera durante mucho tiempo nuestro bajista, Alec Morton tiene un grupo en NYC llamado Liza Colby Sound que son ¡jodidamente geniales! Muy a lo Humble Pie, creo que van a estar tocando en un festival español el próximo verano, ¡así que estad atentos! Acabo de escuchar el nuevo material de The Melvins, su nuevo disco es alucinante, versionan “Stop” de James Gang que se transforma en una canción de los Butthole Surfers, material realmente fantástico. Me encanta escuchar música, Elyse y yo coleccionamos más de 8.000 LPs en vinilo, así que tengo montones entre los que elegir. Estoy pasando ahora por una fase Fairport Convention porque nunca me había metido en su música antes… Pero realmente estoy escuchando música constantemente, sí…

Nos gustaría comentar vuestra carrera… ¿Cómo te sentiste tras la grabación de “Assmaster? ¿Quedaste satisfecho con la producción? ¿Cómo estaba la banda por esa época?
¡Uff! Creo que he hablado de la producción de “Assmaster” (¡o la falta de!) en un montón de entrevistas ya. La discográfica (Buy Our Records) quería que lo hiciéramos en un gran estudio, tenían la mejor de las intenciones, pero como teníamos el presupuesto de una compañía independiente solo dispusimos de un día para grabar doce canciones, y a la vez que nosotros bebimos un montón de cerveza durante esa sesión, el ingeniero decidió unirse a la fiesta y se puso hasta el culo de vodka antes incluso de que empezáramos a tocar… Una experiencia que nos hizo volver nuestro amigo el estudio de 8 pistas de la época pre-hipster de Brooklyn para grabar “True death”… ¡un disco que adoro! Pero a la vez, y lo más importante, era lo bastante barato para que pudiéramos pasar más tiempo perfeccionando el material.

El disco “Raging Slab” supuso un gran paso en vuestra carrera. Llegó en el momento adecuado y tiene un inmediato sonido de clásico, y está cargado de hits. ¿Por qué crees que no tuvo el reconocimiento que se merecía?
En RCA no tenían ni idea. Estaba plagado de gente del estilo “tin pan alley” (grupo de productores y compositores musicales de Nueva York que dominó la música popular estadounidense a finales del siglo XIX y comienzos del XX, NdR) de la vieja escuela. Solíamos encontrarnos con representantes de RCA cuando estábamos de gira, que nos decían “Elvis me dio un trabajo de por vida” y luego nos enseñaban la puerta… Querían que fuéramos Poison o alguna basura por el estilo, y no tenían ni idea de cómo vendernos. Punto. Nuestra A&R, Wendy Goldstein, fue el modelo en el que basaron el personaje de Bobbi Fleckman en la película de Spinal Tap… ¡ni siquiera le gustaba el rock! Suena a chiste, pero por desgracia no lo es. Absolutamente ignorantes, y se negaron a escuchar ni una palabra de lo que decíamos.

¿Crees que sacar un disco cada año durante los 90 jugó en vuestra contra?
Bueno, ¡solo GRABAMOS un disco cada año!, creo que solo se publicaron tres o cuatro (he perdido la cuenta). Los discos rechazados fueron un problema enorme.

Dynamite monster boogie concert” fue otro paso adelante. ¿Cómo recuerdas trabajar con Rick Rubin?
El tiempo ha suavizado mis recuerdos de nuestros siete años en American, recuerda que dejamos RCA/BMG porque no les gustaba nuestro nuevo material y se negaron a publicar nuestros siguientes dos intentos de continuación a “Raging Slab”… Rick y compañía eran más abiertos de mente en cuestiones de márketing, aunque tampoco acabaron de pillar de qué íbamos. Además en esa época había mucha competitividad entre Rick y George Drakoulias, que él solito había moldeado a los Black Crowes a partir de una banda de sonido “jangle” estilo REM, y cuando su disco de debut tuvo un éxito tan inesperado, Rick quería a sus propios Crowes… ¡y por desgracia no éramos nosotros! Creo que Rick estaba un poco celoso del éxito de George (y después de todo, era la discográfica de Rick)… Sé que perdimos una gran oportunidad cuando Rick decidió que no iba a publicar nuestro último intento de segundo disco para RCA (el que produjo Michael Beinhorn) y básicamente nos hizo regrabarlo con Brendan O’Brien. Pero el proceso de salir de RCA y meternos en American, y luego volver a grabar el disco, nos llevó casi dos años. En esos dos años pasó lo del éxito de los Crowes (y perdóname que diga esto, pero era el único grupo que estaba cerca de lo que nosotros estábamos haciendo en ese momento), pero los siguientes cinco años todo fue el puto grunge, grunge, grunge. Dicho todo esto, Rick gastó una cantidad enorme de dinero con nosotros. Y nuestra falta de éxito en USA fue probablemente por ese crucial intervalo de dos años, más que por falta de interés por su parte (¡o por la nuestra1), y, echando la vista atrás, puedo afirmar que lo pasé de puta madre… y hubo muchas de esas experiencias cómicas de L.A./Hollywood…

Sing monkey sing!” os llevó a sonidos más oscuros. ¿Sentísteis en este punto que queríais un control completo sobre vuestra música y producirla vosotros mismos?
De nuevo, nos encontramos en la misma encrucijada que cuando estábamos en RCA, a Rick no le gustaba el rumbo que llevábamos (¡y tampoco nos dio ninguna pista ni sugerencia de hacia dónde creía que debíamos ir!). El disco que nosotros queríamos sacar (conocido como “Freeburden”) fue rechazado, así que “Sing monkey sing!” éramos nosotros totalmente cabreados y frustrados y con ganas de hacer ruido feo… Casi ni me pude imaginar que querrían sacar ese disco, pero, no sé si como un acto de venganza por su parte, lo sacaron.

En cuanto a tener absoluto control artístico, eso fue sobre todo idea de Elyse. Había oído que artistas como Beck y los Beastie Boys, etc. estaban haciendo discos en sus estudios caseros, y pensó que Raging Slab también podría hacerlo. Lo gracioso es que todo esto vino porque ella tenía un enorme problema con la producción de “Dynamite monster boogie concert”. Y no por el sonido de las mezclas o las canciones… ¡sino solo por el primer sonido que se escucha en el disco!, que es una moneda cayendo, que luego sigue la intro de “Anywhere but here”… ¡Odiaba el sonido de la moneda! Y en cierta manera tenía razón. ¡Es lo primero que se escucha en el disco! Y ella estaba tan molesta porque Brendan solo hizo un par de tomas de la caída de la moneda y no invirtió más tiempo en ello. Y no puedo escucharlo sin pensar: “Sí, ¡es un patético sonido de moneda cayendo!”. A lo mejor Brendan debería haber usado una tapa de alcantarilla en lugar de un céntimo.

Ya lo he dicho antes, pero Elyse escuchaba música con más atención que nadie que haya conocido jamás. Sus oídos eran como microscopios de sonido, y señalaba cosas que yo nunca había notado antes en canciones que ya había escuchado mil veces, y lo hacía con todo el mundo. Pero de verdad, la segunda parte de nuestra carrera podría haber sido diferente si Brendan hubiera grabado una “caída de moneda” que hubiera pasado el examen de Elyse. Consiguió que Rick nos comprara equipo como para montar un estudio entero (por supuesto, este dinero salía de nuestro presupuesto de grabación, pero aún así…), ¡y sigo grabando con este equipo! ¡Gracias, Rick!

The dealer” fue otro paso más. Un clásico al instante. ¿Sentiste eso durante la grabación?
The dealer” fue el punto en el que Elyse había llegado a su madurez como guitarra, cantante y compositora, y yo me estaba sintiendo más cómodo con nuestro equipo de grabación… Había estado grabando a muchas bandas en este punto, y produciendo discos para otra gente. Empezamos a grabar ese disco el día que nos fuimos de American y fue una etapa muy productiva. Aunque hay muchos estilo diferentes en el disco, parecía tener más dirección que la que tenía “Sing monkey sing!”, y estábamos felices de estar en Tee Pee, que nos dejaban hacer lo que queríamos, como queríamos, nos daban mucho apoyo. Hasta nos habíamos vuelto inmunes a nuestro “problema de batería”… Hay tres baterías distintos en “The dealer”. El único con el que todavía me hablo es Dale Crover.

Pronounced eat shit” es una forma maravillosa de despedirse. ¿Cómo recuerdas esa grabación?
Ese fue un disco muy duro de hacer. Justo antes de empezar ese álbum, los padres de Elyse habían fallecido, como a un año entre uno y otro (los dos de repente y de forma inesperada). Así que ella estaba pasando mucho dolor y confusión, y yo estaba en un lugar muy malo también, estaba tomando vodka para desayunar, coleccionando denuncias por conducir bebido y peleando en bares de pueblo (acabé yendo a prisión por tres meses en un pueblo perdido de Pennsylvania), fueron unas jodidas buenas lecciones que aprender. La verdad, recuerdo menos de ese disco que del resto de nuestros trabajos… y ahora que lo pienso, no lo he escuchado ni una vez… (Y, como ya dije antes, ¡no era una despedida!)

Habéis tenido una gran variedad de sonidos a lo largo del tiempo. ¿Estaban influenciados por lo que escuchábais en cada momento?
Crecer durante los 70 no era algo tan encasillado como es hoy en día. Elyse y yo éramos grandes fans de Bowie, y de Yes, y de Sabbath, y de Allman Bros, y de Devo, y de Thelonious Monk, y de Debussy, y de…, y… También odiábamos ser percibidos como “seguidores”, así que desde que veíamos que alguna banda se estaba haciendo popular haciendo algo que nosotros habíamos empezado años atrás, ya estaba acabado para nosotros… ¡Hora de buscar otro camino! Además, éramos muy curiosos por naturaleza y abiertos de mente y nos aburríamos con mucha, mucha facilidad.

Tenéis dos discos y un EP que no se llegaron a publicar, ¿qué pasó exactamente? ¿Cómo te sientes al no poder haber publicado todo ese trabajo vuestro? Debe ser increíblemente frustrante, ¿no?
Sí, muy frustrante. Crecimos en una atmósfera musical en la que la credibilidad y la sinceridad eran los componentes más importantes del proceso de hacer música (¿Se me quedó atrás la virtuosidad?). Con excepción de un par de temas de nuestro primer disco para RCA, nunca intentamos escribir “hits” (y la verdad, incluso esos dos nos los tomamos como “ejercicios”… por cierto, ¡no funcionó!). A lo largo de nuestra carrera, nuestro único requisito era que fuera honesto, desde el corazón, y que siempre sonáramos a nosotros mismos. Así que tocar tu nuevo material “honesto, desde el corazón” para los cabezahuecas de la discográfica (que no tienen ningún interés en la música, ni la honestidad, por cierto…), y escucharles decir algo estúpido como “¿Dónde está mi ‘Don’t dog me’?” (¡como si esa canción estuviera pagando el alquiler!) ¡y luego negarse ni a publicarlo siquiera! Te sientes no solo insultado, si anonadado y anulado. Y más de una vez tuvimos que ver a grupos haciendo exactamente lo mismo que nosotros habíamos grabado hace uno o dos años, y ver como los alababan como innovadores y genios y cosas por el estilo…

¿Ves algún parecido entre Raging Slab y alguna otra banda?
Sí, montones… pero sobre todo nos parecemos a Spinal Tap… (Risas).

Hoy en día en nuestro país, cuando salen bandas de rock clásico, os citan entre sus influencias entre bandas clásicas como Free o Allman Brothers. Los sanluqueños Bourbon, por ejemplo, os citan como ejemplo de cómo debe sonar un grupo. ¿Podemos hablar de bandas clásicas y nos das tu opinión?
Cómo desearía que Elyse hubiera podido escuchar eso que dices… Debe ser lo más bonito que nadie ha dicho de nosotros en muchos, muchos años. Gracias.

Si no te importa me gustaría que hablásemos de algunas bandas clásicas, por ejemplo, Free: Sus primeros discos son increíbles, tanto Andy Fraser, Paul Rodgers o Paul Kossoff formaban una banda de blues imbatible.
¡Exacto! Y no te olvides de Simon Kirke. Una banda absolutamente brillante, y un perfecto ejemplo de lo complicada que es la simplicidad. Escucha algo como “Woman” o “Heavy load” y presta atención al aire entre las notas… ¡Esa mierda respira como una jodida ballena jorobada! Toda la banda suena como si estuvieran metidos en el mismo bolsillo, con exactamente la misma intención. Y aunque son todos unos fantásticos instrumentalistas, no hacen ningún intento de destacar, solo buscan la perfección de ese heavy-blues…

Humble Pie.
Igual que con Free, los discos de su primera época eran espectaculares, fue una tragedia que alguien tan grande como Steve Marriott se fuera de este mundo de la forma en la que lo hizo y que parezca que nadie se acuerde de él, su carrera con los Small Faces y los Pie deberían enseñarse en las escuelas. De nuevo, ¡yo era un gran fan de Pie! Les vi una vez en directo cuando solo era un crío. Elyse me enganchó al material de Small Faces, que siempre me había gustado, pero nunca me enganchó de pequeño. ¡Ahora son un gran fan de Steve Marriot! Su voz definitivamente no era de este mundo, escuchas incluso los primeros sencillo de los Small Faces y aunque solo tenía 18 años, lo tiene todo controladísimo. ¡Una locura! Y como compositor, Ronnie Lane era capaz de hacer más con tres acordes y medio, y de manera más sorprendente, que nadie en quien yo pueda pensar… y un enorme letrista también. Escucha la letra (¡y la melodía!) de “Song of a Baker”, ¡es alucinante! “Ogden’s” es mi disco favorito para escuchar en la bañera. (Tengo una casa antigua, ¡no tengo ducha!)

The Black Crowes: ¿La última gran banda de rock americano? Qué lástima que los hermanos Robinson se lleven tan mal, ¿no?
Esos dos deberían ponerse unos guantes de boxeo y cobrar la entrada, ¡yo pagaría un buen dinero por ver eso! Aunque dudaría antes de apostar por un ganador. Conociendo su predilección por la ortodoxia del rock, no sé si es todo un espectáculo para aparentar ser más como Ray y Dave Davies o esos imbéciles de Oasis… En cualquier caso, se convirtireron en una gran banda de rock.

Muchas gracias por tu tiempo, Greg, esperamos de todo corazón verte de nuevo sobre un escenario, ya sabes que aquí tienes tu casa.
Muchas gracias por vuestro interés. Amo España y amo los escenarios, así que… ¡quién sabe!

Entrevista de Javistone.

Puedes ver la entrevista original publicada en el Número 4 de Rock Bottom Magazine.

5 comentarios de “Entrevista a Greg Strzempka (Raging Slab): «Music is medicine».

  1. rockbott dice:

    Sí, esa fue la razón por la que desaparecieron de repente. La historia es tremenda y Greg no parece recuperado de la pérdida y del proceso de enfermedad de Elyse.
    Gracias por pasarte y comentar, Juan José.
    Un saludo!

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